La reunión de bandas callejeras de Nueva York en 1971 que inspiró la película "The Warriors"
Fotografías de la línea de montaje del Ford T a principios del siglo XX
En abril de 1913, la compañía Ford comenzó a dar sus primeros pasos para crear una línea de producción que utilizaba cintas transportadoras para llevar los componentes a los trabajadores, quienes tendrían que ensamblarlos en los automóviles. Este pionero proceso de fabricación hizo que los automóviles tuvieran precios asequibles para casi todo el mundo, convirtiéndose en poco tiempo en un modelo a seguir por toda la industria automovilística.
Hasta 1913, tanto Ford como el resto de fabricantes de automóviles, ensamblaban los vehículos en una estación de trabajo con un equipo de empleados que trabajaban juntos para completar un solo coche. Ford comenzó a incluir diversas mejoras en el proceso de producción en la planta de Piquette Avenue, donde nació el Modelo Ford T en octubre de 1908.
Al implementar la línea de montaje, los directivos pensaron que transportar los componentes de esta manera reduciría la cantidad de trabajadores necesarios para construir los automóviles, así como el tiempo requerido para el ensamblaje, de forma que aumentaría también el volumen de producción.
Tras realizar diversas pruebas, los resultados obtenidos fueron sorprendentes. Comenzando con 29 trabajadores realizando 29 tareas diferentes, el experimento redujo el tiempo de montaje de la pieza "magneto" (un componente integrado en el volante que suministraba energía de encendido al motor) en unos siete minutos por unidad. Y tras hacer algunos ajustes, Charlie "Cast Iron" Sorensen, el jefe de producción de Ford, logró reducir la fuerza laboral de la línea y el tiempo de ensamblaje.
La transición de Ford a las líneas o cadenas de montaje comenzó finalmente en abril de 1913. Con cada trabajador asignado para completar algunas tareas específicas en lugar de construir la unidad completa, Ford redujo el tiempo de ensamblaje del magneto en su Ford T de aproximadamente 15 minutos a 5, y la mano de obra requerida disminuyó de 29 a 14 trabajadores.
Henry Ford no fue probablemente el primero en crear una línea de ensamble para producir automóviles en masa, ya que otros fabricantes como Oldsmobile Curved Dash la utilizaron unos años antes, y su fundador, Ransom Olds, fue quien patentó el concepto de la línea de ensamble moderna. Sin embargo, Henry Ford, fue quien perfeccionó esta cadena de montaje al incluir elementos como las cintas transportadoras conducidas, consiguiendo producir un Modelo T en 93 minutos.
Aquí puedes ver una colección de fotografías de la cadena de montaje del Ford T a principios del siglo XX, un momento pionero para la historia de la fabricación de automóviles.
Big Dick, la ametralladora para niños de principios del siglo XX
Antes de que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial a mediados de 1917, Milton Bradley Company, una empresa de Springfield (Massachusetts), ya llevaba un par de años comercializando un peculiar juguete: una ametralladora para niños que llamó "Big Dick".
A pesar de sus llamativos anuncios y lo que decía la publicidad sobre el juguete, lógicamente Big Dick no era una ametralladora real, ya que no usaba pólvora ni cartuchos de metal. Se trataba de un juguete de acción mediante un resorte que disparaba balas de madera. Si el "bélico" niño perdía las 36 balas de madera que llevaba incluida la ametralladora, podía pedir por correo un cargador nuevo con 25 balas más por 25 centavos.
La ametralladora Big Dick era de hecho un juguete bastante innovador para la época, ya que el uso de este arma aún no estaba demasiado extendido. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial en 1914, las fuerzas alemanas contaban con cerca 12.000 ametralladoras frente a unos pocos cientos que poseían franceses y británicos.
El uso de este arma automática se demostró muy eficaz durante el transcurso de la guerra, destacando lo sucedido el 1 de julio de 1916, el primer día de la ofensiva aliada en la batalla del Somme. En un solo día, más de 20.000 soldados británicos murieron y otros 40.000 resultaron heridos, la mayoría por el fuego fulminante de las ametralladoras alemanas. Un artillero alemán llegó a decir que ni siquiera había sido necesario apuntar para masacrar a las líneas enemigas.
Como curiosidad por si alguien se lo está preguntando, el significado moderno de la palabra "dick" como una referencia en argot para los genitales masculinos, ya se utilizaba en Inglaterra antes de la Primera Guerra Mundial, pero aún no había llegado al lenguaje común en Estados Unidos cuando se lanzó al mercado la ametralladora de juguete "Big Dick".
El curioso traje salvavidas portátil inventado por John Edlund en 1915
Tras la tragedia del Titanic en abril de 1912, una de las noticias que más indignaron a la sociedad fue cuando se conoció que el transatlántico no contaba con suficientes botes salvavidas a bordo para todos los pasajeros, lo que pudo haber evitado la muerte de muchas personas. Como resultado, se comenzaron a establecer regulaciones más estrictas para la cantidad de embarcaciones de seguridad que debía transportar un barco. El inventor canadiense John Edlund tuvo una particular idea por su parte: diseñar una especie de bote salvavidas personal que los pasajeros podrían llevar en su propia maleta.
John Edlund empezó a desarrollar un curioso dispositivo que serviría para garantizar la seguridad de todos los pasajeros del barco que lo llevaran. Edlund había sido de hecho marinero, y había sobrevivido nada menos que a tres naufragios antes de asentarse en las praderas canadienses. Conmovido por el trágico hundimiento del Titanic, finalmente desarrolló en 1915 un traje salvavidas personal de cuerpo completo, diseñado para desplegarse directamente desde una maleta.
Los pasajeros del barco únicamente deberían abrir la maleta, desplegar el traje impermeable que llevaba en su interior y ponérselo antes de lanzarse al agua. El traje estaba además diseñado de tal forma que facilitaba al usuario caminar por la cubierta del barco y entrar luego en el agua. La bolsa en sí misma protegía la cabeza y la parte superior del cuerpo del nadador, y un pequeño orificio de vidrio le permitía al nadador ver hacia dónde se dirigía. Según anunció el inventor, el dispositivo, que también incluía esclusas de aire, mantenía a su usuario seco y seguro hasta por cuatro días, e incluso tenía espacio para llevar algo de comida.
El curioso traje salvavidas portátil de John Edlund levantó cierto interés y varios inversores se mostraron dispuestos a comprar el diseño, sin embargo el inventor rechazó las propuestas pensando que podría comercializarlo él mismo, aunque fracasó en su intento. Su "maleta salvavidas" apareció en periódicos y revistas de América del Norte, y hubo un notable interés en ella durante la Primera Guerra Mundial, pero el invento de Edlund nunca llegó al mercado.