A principios del siglo XX, en plena era de la revolución industrial, el mundo estaba obsesionado con el progreso, la velocidad y el tamaño. La competencia entre grandes navieras era feroz, y cada una buscaba dominar el Atlántico con barcos más lujosos, más rápidos y más grandes que los anteriores. Fue en este contexto que nació el RMS Titanic, un proyecto colosal impulsado por la compañía británica White Star Line y concebido como el más grande, elegante e "insumergible" transatlántico jamás construido. Su historia, sin embargo, pasaría a la posteridad no por su gloria, sino por su trágico destino. Pero antes de convertirse en leyenda, el Titanic fue una obra de ingeniería ambiciosa que condensaba el espíritu del siglo.
La construcción del Titanic comenzó oficialmente el 31 de marzo de 1909 en los astilleros Harland and Wolff, ubicados en Belfast, Irlanda del Norte. Este enorme proyecto involucró a más de 15.000 trabajadores, quienes durante más de dos años se enfrentaron al reto técnico y físico de levantar una embarcación sin precedentes. El Titanic medía aproximadamente 269 metros de largo y más de 28 metros de ancho, con una altura equivalente a un edificio de once pisos. Su peso en toneladas alcanzaba las 46.000, y podía transportar a más de 2.400 pasajeros, además de una tripulación de aproximadamente 900 personas.
La estructura del Titanic fue construida con más de tres millones de remaches de acero, muchos de los cuales fueron colocados a mano por equipos de obreros conocidos como "riveters", quienes trabajaban en condiciones peligrosas y a menudo precarias. El casco fue ensamblado en un gigantesco dique seco, utilizando grúas de gran tamaño como las icónicas grúas Arrol, que dominaban el skyline del astillero como esqueletos de acero. El trabajo incluía tareas altamente especializadas, desde la instalación de las calderas (el Titanic tenía 29) hasta el diseño de sus opulentos interiores, que pretendían rivalizar con los de los hoteles más lujosos de Londres o París.
Uno de los aspectos más impresionantes de la construcción fue su sistema de compartimentos estancos, diseñado para mantener el barco a flote incluso si varios de ellos se inundaban. Esta característica alimentó la idea de que el Titanic era virtualmente insumergible, una afirmación que la propia White Star Line promovió con entusiasmo. La realidad, como se demostraría trágicamente, era mucho más compleja.
El barco fue botado al mar el 31 de mayo de 1911 ante miles de personas, en una ceremonia que no incluyó bautizo tradicional con una botella de champán, siguiendo la costumbre de Harland & Wolff. Luego de ser equipado y realizar pruebas de navegación, fue entregado oficialmente a la White Star Line el 2 de abril de 1912.
El Titanic era en definitiva una especie de ciudad flotante con capacidad para más de 2.000 personas, incluyendo pasajeros de primera, segunda y tercera clase, así como la tripulación. Su interior estaba adornado con una opulencia inspirada en los grandes hoteles de lujo europeos: escalinatas majestuosas, piscinas cubiertas, gimnasios, cafés parisinos y salones decorados con maderas nobles y mármol.
El proceso de construcción del Titanic no solo representó un hito técnico, sino también un reflejo de las ambiciones de una época que confiaba ciegamente en el progreso. Paradójicamente, esta misma confianza terminó revelando sus límites cuando el 15 de abril de 1912, apenas cinco días después de zarpar desde Southampton, el barco se hundió en las frías aguas del Atlántico Norte tras chocar con un iceberg, causando la muerte de más de 1.500 personas.
Aunque el Titanic es el más recordado, no fue un caso aislado. Formaba parte de un ambicioso trío de barcos conocido como la clase Olympic, concebida por la naviera White Star Line para dominar el mercado de los viajes trasatlánticos de lujo. Sus dos hermanos fueron el RMS Olympic y el HMHS Britannic.
El Olympic, botado en 1910, fue el primero de los tres y el único que tuvo una larga vida en servicio. Fue conocido como el "hermano mayor" del Titanic, muy similar en diseño pero con algunas diferencias menores. Irónicamente, su carrera fue exitosa y sin incidentes fatales, lo que le valió el apodo de "Old Reliable"
El tercer barco, el Britannic, fue construido poco después del desastre del Titanic, por lo que se le incorporaron numerosas mejoras de seguridad, incluyendo más botes salvavidas y un casco reforzado. Sin embargo, su destino tampoco fue afortunado. Reconvertido en barco hospital durante la Primera Guerra Mundial, el Britannic se hundió en 1916 tras chocar con una mina en el mar Egeo. A diferencia del Titanic, el Britannic contaba con mejores medidas de evacuación, lo que permitió salvar la mayoría de vidas a bordo.
Aquí puedes ver una colección de fotografías históricas sobre la construcción del RMS Titanic en los astilleros Harland and Wolff de Belfast entre 1909 y 1912: