El pasaporte del faraón Ramsés II

En la década de 1970 tuvo lugar uno de los episodios más singulares de la historia moderna de la egiptología, cuando el faraón Ramsés II, fallecido hacía más de tres mil años, recibió un pasaporte oficial para poder viajar fuera de Egipto. El motivo fue estrictamente científico. La momia del faraón presentaba un avanzado deterioro causado por hongos y microorganismos, y el gobierno egipcio decidió trasladarla a París para someterla a un exhaustivo proceso de conservación y estudio.

Para cumplir con la legislación internacional vigente, especialmente en materia de control fronterizo y transporte de restos humanos, las autoridades egipcias emitieron un pasaporte diplomático a nombre de Ramsés II. En el documento figuraba su fotografía (la de su momia), su nacionalidad egipcia y una profesión tan precisa como inusual: "Rey (fallecido)". Lejos de tratarse de una anécdota burocrática sin importancia, este gesto subrayó el enorme valor simbólico y patrimonial que Egipto otorgaba a uno de sus gobernantes más célebres.

A su llegada a Francia en 1976, la momia fue recibida con honores militares, como correspondería a un jefe de Estado, en una ceremonia que reflejaba tanto el respeto histórico como el carácter excepcional del traslado. Durante varios meses, un equipo de especialistas franceses analizó el cuerpo, confirmó detalles sobre su estado de salud, su avanzada edad al morir y aplicó tratamientos que permitieron frenar su deterioro.

El pasaporte del faraón Ramsés II


El traslado del faraón Ramsés II a París en 1976

El traslado del faraón Ramsés II a París en 1976

El traslado del faraón Ramsés II a París en 1976

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La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos

La frontera de Nogales, situada entre Sonora y Arizona, es uno de los puntos más emblemáticos para entender la evolución de las divisiones fronterizas entre México y Estados Unidos. A finales del siglo XIX, la frontera en esta región era poco más que una noción geográfica: un trazo en los mapas y una serie de hitos de hierro colocados tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) y la Venta de La Mesilla (Compra de Gadsden) en 1853. 

Las dos Nogales funcionaban por entonces casi como una sola comunidad, unidas por el intercambio comercial y social. Las familias cruzaban sin mayores restricciones, los negocios se mezclaban y la vida diaria fluía sin que la línea divisoria representara una barrera real.

El cambio comenzó a hacerse evidente a inicios del siglo XX. Con el aumento del comercio internacional y la Revolución Mexicana, las autoridades estadounidenses reforzaron la presencia militar y aduanera. El punto de inflexión se produjo en 1918 con la llamada Batalla de Nogales, un enfrentamiento armado provocado por tensiones fronterizas y controles más estrictos. Tras este episodio, ambos gobiernos acordaron la construcción de la primera valla física, consistente en una modesta cerca de alambre que marcó el inicio de la división material entre ambas ciudades.

Durante la segunda mitad del siglo XX, la frontera evolucionó al ritmo de fenómenos como la industrialización, especialmente con el Programa Bracero, que permitía la entrada temporal de trabajadores mexicanos y que incrementó considerablemente la migración hacia Estados Unidos. La seguridad fronteriza se volvió así una prioridad para Washington, sobre todo a partir de los años 90. Operaciones como "Hold the Line" y "Gatekeeper" impulsaron la construcción de barreras más sólidas y la presencia constante de las patrullas en la frontera.

En el siglo XXI la frontera ha evolucionado hacia una estructura de control mucho más sofisticada. Hoy incluye muros de acero, sensores, cámaras, drones y una presencia constante de patrullas fronterizas. A pesar de ello, Nogales conserva una identidad binacional profunda. Sus dos ciudades comparten historia, economía, cultura y lazos familiares que han resistido todas las transformaciones de la frontera. La línea, que una vez fue apenas simbólica, es ahora una de las más vigiladas del mundo, pero sigue siendo también un punto de encuentro donde se refleja la compleja relación entre México y Estados Unidos.

La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
Fotografía de la frontera en Nogales entre territorio mexicano y territorio estadounidense en 1890



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
Imagen de la frontera de Nogales en 1899



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
La frontera de Nogales en la década de 1910, marcando la división entre Arizona (Estados Unidos) y Sonora (México)



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
Fotografía tomada en 1919 tras la construcción de la primera valla fronteriza en Nogales



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
La frontera entre Estados Unidos y México en la localidad de Nogales en la década de los años 20, durante la época de la Ley seca



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
La calle internacional donde se demarca la frontera entre ambos países en los años 40



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
La frontera de Nogales en 1953



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
Línea fronteriza en Nogales entre Estados Unidos y México en 2007



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
La frontera en Nogales en 2019 con alambre de púas



La evolución de la frontera en Nogales entre México y Estados Unidos
Vista de parte de la valla fronteriza en Nogales en 2023

El hip-hop en la Nueva York de los 80

Nueva York en la década de 1980 era una ciudad ruidosa, cruda y llena de energía. En las calles de zonas como Brooklyn, Harlem, Queens o South Bronx, un nuevo sonido comenzaba a resonar a todo volumen en los radiocasetes. Pero el hip-hop era más que música. Era una subcultura construida sobre ritmos, rimas y estilo, y las calles eran su escenario principal.

Las fiestas callejeras se convertían en eventos multitudinarios con DJ pinchando discos en escenarios improvisados. La multitud se congregaba alrededor de los "breakdancers" mientras hacían sus bailes y piruetas sobre un cartón, realizando movimientos que parecían romper la gravedad. Los grafiteros dejaban sus nombres en los vagones del metro, convirtiendo la ciudad en una galería de arte callejero improvisado. Cada pared, cada tren, se convertía en un lienzo para letras brillantes y diseños atrevidos.

La ropa, por su parte, se convirtió en un uniforme que se lucía con orgullo y confianza, como muestra de una nueva identidad urbana; mientras los radiocasetes estaban presentes por todas partes. Enormes radios se alzaban en las escaleras, emitiendo ritmos a todo volumen que resonaban en los barrios plagados de viviendas sociales. Los MC rapeaban en vivo, compitiendo entre sí en rimas llenas de ingenio, humor y mala leche, en batallas que servían para perfeccionar las habilidades de cada rapero y donde se forjaban reputaciones. 

La ciudad de Nueva York en los años 80 no era, sin embargo, un lugar fácil en aquel entonces. La epidemia del crack golpeó con fuerza los barrios y la delincuencia aumentó rápidamente. Pero el hip hop les dio a los jóvenes otra vía alternativa, ofreciendo un espacio para crear en lugar de destruir. Los ritmos ahogaban las sirenas y las rimas convertían la lucha en arte.

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

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El hip-hop en la Nueva York de los 80

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El hip-hop en la Nueva York de los 80

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El hip-hop en la Nueva York de los 80

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El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

El hip-hop en la Nueva York de los 80

Las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

La conejita de Playboy fue uno de los símbolos más reconocibles de la vida nocturna del siglo XX. Más allá de contar con unas características físicas muy concretas, estas jóvenes representaban un trabajo que requería precisión, personalidad y un estricto apego a las reglas en los clubes Playboy donde trabajaban, aportando un aura de sofisticación y glamour que definió una época.

El disfraz de conejita fue cuidadosamente diseñado por Zelda Wynn Valdes para crear un look impecable e inolvidable. El diseño incluía un corsé de satén, orejas puntiagudas de conejo, una pajarita, puños y una suave cola blanca. Las conejitas también llevaban tacones altos y medias transparentes a juego. El cabello debía estar perfectamente peinado, las uñas cuidadas y el maquillaje impecable para adaptarse a la imagen de la marca. 

Cada uniforme se ajustaba a las medidas de cada mujer, y estaba diseñado tanto para destacar la belleza de cada modelo como en la propia funcionalidad del traje. Fue el propio Hugh Hefner, dueño de la revista Playboy y un habitual de los clubes, quien añadió algunas modificaciones al traje original para que resultara más atractivo y sensual.   

Las clubes Playboy donde trabajaron las famosas conejitas estuvieron abiertos desde principios de los años 60 hasta finales de la década de 1980. En ellos se podían encontrar, además de camareras, otras jóvenes bellezas trabajando en otros puestos, como la portera (Door Bunny), vendedora de cigarrillos (Cigarette Bunny), bailarina de la pista (Floor Bunny), de compañía (Playmate Bunny) e incluso azafatas (Jet Bunnies) para algunos eventos especiales. 

Convertirse en conejita de Playboy no era tan sencillo como simplemente disfrazarse. Todas las aspirantes pasaban por un intenso proceso de entrenamiento  en el que tenían que aprender el "Bunny Dip", un movimiento único para servir bebidas sin inclinarse demasiado hacia adelante, preservando la elegancia y la modestia. Esto requería equilibrio y fuerza, especialmente al sostener bandejas llenas de cócteles. El contacto visual, la postura e incluso la forma de sonreír eran parte del trabajo. El entrenamiento garantizaba que cada invitado se sintiera como si estuviera experimentando algo refinado y exclusivo.

Unas estrictas reglas mantenían todo en orden. Cada club Playboy tenía un reglamento detallado que todas las conejitas debían seguir sin excepción. Las "Playboy Bunnies" no podían salir con los clientes ni aceptar regalos. Debían mantener la profesionalidad en todo momento, sin importar quién entrara por la puerta. Las inspecciones eran frecuentes y los gerentes prestaban atención a cada detalle, desde la postura hasta el estado del uniforme. 

Para muchas mujeres, el club Playboy era más que un trabajo; era un trampolín. Algunas se convirtieron en actrices, modelos y figuras públicas. Otras aprovecharon la experiencia para lograr independencia financiera o conseguir importantes conexiones sociales. La confianza y la disciplina aprendidas como conejitas a menudo les abrieron puertas más allá del mundo de la vida nocturna.

Aquí puedes ver una colección de fotografías de las glamurosas conejitas de Playboy durante las décadas de 1960 y 1970: 

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70

Fotografías de las conejitas de Playboy en los años 60 y 70