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El espectacular yate imperial ruso Standart

Construido para la familia imperial rusa a finales del siglo XIX, el yate Standart fue uno de los yates más lujosos y grandes de su época. Este impresionante barco no solo simbolizaba el poder y la opulencia de la dinastía Romanov, sino que también servía como un refugio privado y un lugar para importantes eventos diplomáticos. La historia del Standart está intrínsecamente ligada a la caída del Imperio Ruso y proporciona una ventana fascinante a la vida de los zares en sus últimos años.

El Standart fue construido por encargo del zar Nicolás II en 1893 en los astilleros de Burmeister & Wain en Dinamarca. Fue botado en 1895 y entró en servicio al año siguiente. El nombre "Standart" hace referencia a la bandera imperial rusa, un símbolo de la autoridad y el poder del zar.

El yate tenía una longitud de aproximadamente 112 metros y una manga de 15 metros, convirtiéndolo en uno de los yates más grandes de su tiempo, capaz de albergar una tripulación formada por 18 oficiales y 300 marineros. Estaba equipado con motores a vapor que le permitían alcanzar una velocidad máxima de 20 nudos. Además, contaba con una serie de innovaciones tecnológicas para la época, incluyendo un sistema de comunicación inalámbrica.

El diseño exterior del Standart combinaba elementos clásicos con toques modernos para la época. Sin embargo, al igual que sucedía con el tren imperial de los Romanov, el verdadero lujo se encontraba en su interior. El yate estaba ricamente decorado con maderas nobles, tapices de seda, y muebles hechos a medida. Cada cabina y sala estaba diseñada para ofrecer el máximo confort a la familia imperial y sus invitados. El Standart también contaba con un salón de baile, comedores elegantes, y varias terrazas para disfrutar del paisaje marino.

El yate Standart era el refugio de verano favorito de la familia Romanov. A bordo, el zar Nicolás II y su familia podían disfrutar de un respiro de las obligaciones y tensiones de la vida en la corte. Pasaban largos periodos navegando por el Báltico y el Mar del Norte, realizando paradas en diversos puertos europeos. Pero este yate imperial también jugó un papel crucial en la diplomacia rusa. Fue escenario de numerosas reuniones con dignatarios extranjeros y otros monarcas europeos, con encuentros que se llevaban a cabo en un ambiente más relajado y privado, lejos del protocolo estricto de San Petersburgo.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial y la posterior Revolución Rusa, la vida de lujo a bordo del Standart llegó a su fin. En 1917, tras la abdicación de Nicolás II, la caída del Imperio Ruso y el posterior trágico destino de la familia Romanov, el yate fue incautado por el gobierno provisional y posteriormente utilizado por la Armada Roja. Después de la revolución, el Standart fue rebautizado como "Marti" y siguió en servicio bajo diferentes capacidades durante muchos años. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue utilizado como buque de entrenamiento y, finalmente, desmantelado en la década de 1960.

Aquí puedes ver una colección de fotografías del espectacular yate imperial ruso Standart, uno de los yates más bellos y lujosos que se han construido nunca. 

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Fotografías del yate imperial ruso Standart

Históricas fotografías del acorazado Maine

El USS Maine fue un acorazado de la Armada de Estados Unidos que pasó a la historia tras una explosión que destruyó y hundió por completo el barco en el puerto de La Habana en 1898. 

Botado en 1889, el USS Maine había sido construido incorporando diversos avances de armamento que se introdujeron en los buques de guerra de la época. Sin embargo, su prolongado tiempo de construcción y los rápidos avances en la tecnología y tácticas navales llevó a que fuera considerado por muchos como un buque obsoleto casi inmediatamente después de ser terminado. 

El buque de guerra fue enviado a Cuba para proteger a los intereses de los ciudadanos estadounidenses en la isla, donde en ese momento se estaban produciendo las revueltas cubanas contra España. En la mañana del 15 de febrero de 1898, el acorazado Maine sufrió una catastrófica explosión que destruyó casi por completo el buque y lo hundió en las aguas del puerto de La Habana. Aproximadamente 300 de sus 400 tripulantes murieron en la explosión del acorazado. 

Se abrió una comisión de investigación que no consiguió determinar con certeza la causa de la explosión del Maine. Hoy en día este histórico suceso sigue siendo un motivo de debate, y las teorías abarcan desde un simple accidente provocado por un incendio en el depósito de munición; que el acorazado chocara contra una mina naval; un atentado por parte de los marinos españoles; o incluso una operación de falsa bandera para provocar la guerra de Estados Unidos con España

Si bien no se pudo determinar la causa de la catástrofe, tanto la opinión pública estadounidense como gran parte de la prensa del país culparon a España del suceso. Aunque la explosión del Maine no fue el desencadenante directo del conflicto, sin duda también influyó notablemente en que pocos meses comenzara la Guerra hispano-estadounidense al intervenir Estados Unidos en la guerra de Independencia cubana, en la que España perdería la guerra y sus últimas colonias de ultramar.

Tras hundirse en el puerto de la Habana, el pecio del Maine comenzó a hacerse visible cuando se empezó a reflotar en junio de 1911. Tras varios años de trabajo, los restos del acorazado, que en ese momento eran ya prácticamente un amasijo de acero, fueron reflotados y hundidos finalmente en el mar en marzo de 1912 en la zona del estrecho de Florida. 

Aquí puedes ver una colección de históricas fotografías del USS Maine, incluyendo imágenes del barco antes de ser destruido por la explosión y del pecio del buque en el puerto de La Habana.

Históricas fotografías del acorazado Maine
Fotografía del acorazado USS Maine en 1898


Históricas fotografías del acorazado Maine
El buque USS Maine navegando bajo el puente de Brooklyn (Nueva York)


Históricas fotografías del acorazado Maine
El buque USS Maine entrando en el puerto de La Habana en enero de 1898


Históricas fotografías del acorazado Maine
Miembros de la tripulación del USS Maine


Históricas fotografías del acorazado Maine
Una de las primeras fotografías del USS Maine tras la explosión que destruyó el barco el 15 de febrero de 1898


Históricas fotografías del acorazado Maine
Fotografía de la cubierta del Maine tras la explosión


Históricas fotografías del acorazado Maine
Buzos trabajando en los restos del Maine tras la explosión del acorazado


Históricas fotografías del acorazado Maine
Reflotando los restos del Maine


Históricas fotografías del acorazado Maine
Parte de los restos del barco que quedaron a flote tras la explosión 


Históricas fotografías del acorazado Maine
Los restos visibles del acorazado USS Maine en junio de 1911


Históricas fotografías del acorazado Maine
Fotografía de parte de los restos del Maine en 1911


Históricas fotografías del acorazado Maine
Fotocromo a color de los restos del Maine en el puerto de La Habana tras la explosión


Históricas fotografías del acorazado Maine
La estructura del Maine, visible tras las labores para reflotarlo en 1911


Históricas fotografías del acorazado Maine
El pecio del Maine en el puerto de La Habana en junio de 1911


Históricas fotografías del acorazado Maine
Los trabajos en torno al pecio del Maine en 1912


Históricas fotografías del acorazado Maine
El pecio del Maine en el puerto de La Habana tras terminar los trabajos para su reflote en marzo de 1912


Históricas fotografías del acorazado Maine
Los restos del Maine hundiéndose en el Atlántico en el estrecho de Florida, el 16 de marzo de 1912

La vida en el mar en el siglo XIX

Durante siglos, la vida en el mar ha sido sinónimo de dificultades, y aunque con el paso del tiempo las condiciones fueron mejorando, en el siglo XIX la vida de un marinero seguía siendo difícil, y había que ser realmente duro para sobrevivir.

Los marineros tenían que aceptar en muchas ocasiones condiciones de hacinamiento, enfermedades, mala comida, paga escasa y mal tiempo, estando aislados de la vida en tierra durante meses o incluso años. Debido a todos estos factores, los oficiales del barco mantenían una estricta disciplina a bordo, esperando mantener la moral alta y evitar un posible motín.

La fama de los marineros de hombres rudos, bebedores, violentos y pendencieros eran muchas veces justificadas, y por lo general la opinión popular tenía a los marineros en muy baja estima. Un marinero en tierra no estaba, por definición, en el trabajo, lo que aumentaba la diferencia entre los marineros y el resto de la sociedad. A pesar su mala reputación, en tiempos de guerra resultaban imprescindibles, y eran considerados también como hombres muy trabajadores, intrépidos y valientes.

Las raciones típicas de los marineros solían consistir en carne de vaca salada o cerdo, queso, pescado, cerveza, galletas, que era complementada en la Marina británica con la ración de Grog diaria. Era habitual que los alimentos se deterioraran y perdieran la mayor parte de sus propiedades debido a los problemas de almacenamiento, la falta de ventilación, o por la presencia en ocasiones de ratas.

Los trabajos habituales a bordo de un gran barco incluían profesiones como cocinero, párroco, cirujano, artillero, contramaestre (a cargo de las velas), o carpintero. Otros miembros de la tripulación llevarían a cabo el resto de las tareas, como vigilar, manipular velas y limpiar cubiertas. Para entretenerse durante el tiempo libre, los marineros solían jugar a los dados o las cartas, contaban cuentos, tocaban instrumentos musicales y cantaban, o practicaban haciendo nudos.

En ocasiones no era posible completar la tripulación de un barco con voluntarios, especialmente en tiempos de guerra, por lo que la ley permitía reclutar hombres de manera forzosa, y aunque esta práctica comenzó a decaer con el tiempo, aún estaba vigente en 1850.

El siglo XIX fue también una época en la que se produjeron numerosos cambios en la navegación. Los barcos de vela comenzaron a ser sustituidos progresivamente por la potencia del vapor, haciendo obsoletos los veleros. Los motores de calor de combustión externa que hacen uso de la energía térmica eran más eficientes. Esta tecnología comenzó a hacerse relevante a partir de 1815, cuando Pierre Andriel cruzó el Canal de la Mancha a bordo del buque de vapor Elise. Los buques de vapor sustituyeron gradualmente a los barcos de vela para el transporte comercial durante el siglo XIX.

La mayoría de los buques de guerra usaban propulsión a vapor hasta la llegada de la turbina de gas, y tal como les sucedió a los barcos propulsados por velas, los barcos a vapor serían también reemplazados con el tiempo, y a partir de la segunda mitad del siglo XX se acabaron imponiendo los barcos a motor diésel.

Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Un grupo de marineros suecos a bordo de su barco en la década de 1880 (Swedish sailors, 1880s)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Grupo de marineros norteamericanos a mediados del siglo XIX (The Marks of a XIX Century Sailor)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Un gran barco velero en el Puerto de Le Havre (Francia), en 1856 (A Look at Le Havre)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Marinero mostrando sus tatuajes en 1890 (Reddit)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Puerto de Bergen (Noruega), en 1860 (Norwegian Ride)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Tripulación de un barco pesquero a finales del siglo XIX (NPS)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Un marinero junto a una cabra a bordo del USS Brooklyn en 1890 (U.S Naval Institute)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Puerto de Séte (Francia) en 1857 (port de Sète)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Tripulación de una expedición de rescate en Groenlandia, en 1884 (Hampton Naval Museum)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Marinero con su larga barba y un pequeño amigo en 1890 (Reddit)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Grupo de marineros en la cubierta del USS Wabash durante la década de 1860 (Chubachus Library)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Barco mercante fotografiado en Bermuda, en 1865 (CNN)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Grupo de marineros charlando y fumando en pipa en la cubierta del USS Enterprise en Nueva York, en 1890 (VOA News)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Fila de marineros esperando su ración de Grog a finales del siglo XIX (Rum and the Sea)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
Oficiales y marineros posando para la fotografía en la cubierta de un buque de guerra ruso en 1860 (Chubachus Library)


Fotografías de la vida en el mar en el siglo XIX
El espectacular barco velero USS Monongahela en 1862 (Wikipedia)