Cuando pensamos en París, la imagen de la Torre Eiffel es casi inevitable. Lo mismo ocurre con Río de Janeiro y el Cristo Redentor, o con Nueva York y la Estatua de la Libertad. Estos monumentos se han convertido en emblemas inseparables de sus ciudades, hasta el punto de que cuesta imaginar cómo eran antes de su existencia. Sin embargo, muchas de estas urbes ya eran centros culturales, comerciales o políticos mucho antes de que sus símbolos arquitectónicos más conocidos fueran siquiera proyectados.
Gracias a la invención de la fotografía en el siglo XIX y a los registros históricos, hoy podemos asomarnos a algunos de esos momentos previos, cuando los skylines de las ciudades eran muy diferentes. Ver imágenes de París sin la Torre Eiffel, o de San Francisco sin el Golden Gate, no solo despierta la curiosidad, sino que también permite entender cómo evolucionó el paisaje urbano y cómo ciertas construcciones transformaron para siempre la identidad visual de las ciudades.
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