André el Gigante fue una de las figuras más icónicas de la lucha libre profesional durante la denominada época dorada de la WWF (actual WWE), donde protagonizó combates memorables, incluido su histórico enfrentamiento con Hulk Hogan de WrestleMania III en 1987.
Nacido en Francia en 1946, desde joven destacó por su impresionante tamaño debido a una condición llamada acromegalia, que provoca un crecimiento excesivo de los huesos. Su estatura alcanzó los 2,24 metros y su peso rondaba los 240 kilos.
A pesar de su fama y carisma, André llevó una vida marcada por los dolores físicos y las limitaciones de su condición. En esta curiosa fotografía, podemos ver a André el Gigante sentado en un avión comercial a principios de la década de 1980, necesitando ocupar dos plazas debido a su enorme tamaño:
El masivo Monsters of Rock de 1991 celebrado en Rusia
El Monsters of Rock celebrado en Rusia en 1991 fue uno de los conciertos más monumentales de la historia, no solo por su impresionante cartel, con algunas de las bandas más legendarias de la historia del Heavy Metal y del Rock, sino también por la masiva asistencia del público.
Tuvo lugar el 28 de septiembre de 1991 en el Aeródromo de Tushino, en Moscú, y el evento se realizó en un momento histórico, apenas unas semanas después del fallido golpe de Estado contra Mijaíl Gorbachov y en plena desintegración de la Unión Soviética. En ese contexto de apertura y cambio, el festival simbolizó para millones de jóvenes soviéticos un nuevo espíritu de libertad y conexión con el mundo occidental.
El cartel del Monsters of Rock de 1991 fue de lujo. Ese día actuaron grupos tan icónicos como AC/DC, Metallica, Pantera y The Black Crowes, acompañados de la banda rusa E.S.T., quienes se encargaron de abrir el concierto, en un ambiente tan intenso como caótico en algunos momentos. El ejército soviético y la policía estaban presentes para mantener el orden, pero el público, una mezcla de fans de toda la URSS y curiosos que acudieron atraídos por la novedad, desbordó cualquier previsión.
Aún hoy se sigue discutiendo cuál fue la asistencia real al masivo Monsters of Rock de 1991. Según las cifras oficiales, 150.000 personas acudieron al concierto aquel 28 de septiembre, pero otras fuentes apuntan a que la asistencia superó los 1,5 millones de personas. En cualquier caso, fue la edición más concurrida del festival Monsters of Rock y las impresionantes imágenes que dejó ya forman parte de la historia de la música.
La sonrisa de la impunidad tras el asesinato de Emmett Till (1955)
El 28 de agosto de 1955, Emmett Louis Till, un adolescente afroamericano de 14 años oriundo de Chicago, fue brutalmente asesinado en la localidad de Money, Misisipi. Un terrible crimen motivado por el racismo debido a que Till supuestamente había coqueteado con una mujer blanca, Carolyn Bryant, en una tienda local.
Pocos días antes, Roy Bryant, el esposo de Carolyn, y su medio hermano J. W. Milam, habían secuestrado a Emmett Till de la casa de su tío abuelo en plena noche. Lo golpearon salvajemente, le dispararon en la cabeza y arrojaron su cuerpo al río Tallahatchie atado con alambre de púas. El cadáver mutilado del joven fue encontrado tres días después.
Los dos hombres fueron acusados de secuestro y asesinato. A pesar de las pruebas abrumadoras, un jurado compuesto íntegramente por hombres blancos absolvió a Bryant y Milam el 23 de septiembre de 1955, tras un juicio que duró apenas cinco días y apenas una hora de deliberación. Años más tarde, ambos confesaron el crimen en una entrevista pagada para la revista Look Magazine, aprovechando que no podían ser juzgados nuevamente por el mismo delito debido a la cláusula de doble incriminación.
Esta histórica fotografía fue realizada el 23 de septiembre de 1955 en el tribunal del condado de Tallahatchie, en Sumner, Misisipi, donde podemos ver a los dos asesinos de Emmet Till, J. W. Milam y Roy Bryant, sonrientes junto a sus esposas tras ser absueltos. La sonrisa de la impunidad:
La madre de Emmett, Mamie Till-Mobley, decidió realizar un funeral con ataúd abierto en Chicago, para que el mundo viera lo que le habían hecho a su hijo. Las fotografías publicadas por la revista Jet y otros medios como The Chicago Defender, provocaron una profunda indignación nacional e internacional. Las fotografías de los dos acusados sonriendo tras la absolución se convirtieron en un símbolo del racismo institucional del Sur estadounidense en los años 50.
Aunque el crimen quedó impune para la justicia, el asesinato de Emmett Till se convirtió en un punto de inflexión en el movimiento por los derechos civiles y contrala segregación racial en Estados Unidos e inspiró a activistas como Rosa Parks, quien meses después se negó a ceder su asiento en un autobús en Montgomery, Alabama.
Décadas más tarde, el caso ha seguido siendo investigado y recordado como un símbolo de la injusticia racial y dela lucha por la igualdad. En 2022, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Emmett Till Antilynching Act, la cual tipifica el linchamiento como delito federal.
El mítico forajido Jesse James fotografiado junto a su asesino Robert Ford
Jesse James fue probablemente el forajido más famoso del Salvaje Oeste y uno de los líderes de la banda de James-Younger. El 3 de abril de 1882, Jesse James fue asesinado en su casa de St. Joseph, Misuri, de un tiro por la espalda a manos de Robert Ford, un miembro de su banda. Ford, junto a su hermano Charlie, habían pactado con el gobernador el cobro de una recompensa de 10.000 dólares y un posible indulto de sus crímenes a cambio de entregar o matar al conocido bandolero.
En el año 2006 se descubrió una históricafotografía en la que podemos ver al mítico forajido Jesse James sentado junto a su asesino, Robert Ford, un joven miembro de la banda que había sido reclutado personalmente por el bandolero. La historia de ambos inspiró la película de 2007 "El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford".
La inédita fotografía sorprendió a los historiadores, ya que no se tenía constancia de ella en ningún registro, pero tras ser analizada en profundidad durante años, se concluyó que se trata de una fotografía auténtica que fue realizada en la década de 1870:
La carta de rechazo que recibió Bono de U2 por parte de una discográfica en 1979
En la primavera de 1979, la joven banda irlandesa originaria de Dublín, U2, intentaba conseguir un contrato para grabar su primer disco. Para ello, Paul David Hewson (Bono), el cantante del grupo, envió una maqueta de la banda a la discográfica RSO Records,con sede en Londres.
La respuesta de la discográfica llegaría poco después, en mayo de 1979, a través de una carta firmada por Alexander Sinclair y dirigida personalmente al propio Bono.En el escrito, rechazaban la propuesta de la banda, argumentando que su música no era adecuada para RSO Records.
U2 grabaría durante las siguientes semanas dos sencillos y la banda consiguió su primer contrato discográfico con Island Records en 1980. Su álbum debut, "Boy", se lanzó en octubre de 1980 y vendió 3 millones de copias.
Aviones con la estrella roja soviética sobrevolando las Cataratas del Niágara en los años 40
Durante la Segunda Guerra Mundial, era relativamente común que los habitantes de la región de Búfalo y las Cataratas del Niágara vieran aviones de combate marcados con la estrella roja soviética surcando el cielo. Esta imagen, que a muchos podía parecer insólita en plena década de los 40, tenía una explicación muy concreta: el programa Lend-Lease.
En 1941, Estados Unidos aprobó la Ley de Préstamo y Arriendo (Lend-Lease Act), un mecanismo para suministrar material bélico a sus aliados en la lucha contra las potencias del Eje. Uno de los principales beneficiarios fue la Unión Soviética, que necesitaba aviones modernos para reforzar su frente oriental contra la Alemania nazi. La compañía Bell Aircraft, con sede en Wheatfield, Nueva York (a escasos kilómetros de las Cataratas del Niágara), fabricaba dos modelos de caza muy demandados: el P-39 Airacobra y el P-63 Kingcobra. Miles de estas aeronaves fueron destinadas a la URSS en virtud del Lend-Lease.
Una vez ensamblados, los cazas eran probados en la zona y luego llevados por pilotos del Air Transport Command hacia el noroeste de Norteamérica. La ruta pasaba por Canadá y Alaska hasta llegar a Nome, donde los pilotos soviéticos los recibían y emprendían el último tramo hacia Siberia.
Para agilizar el proceso, los aviones eran pintados directamente con las insignias soviéticas antes de partir. Por ello, durante los vuelos de prueba o de traslado, era perfectamente visible la estrella roja en los cielos de las Cataratas del Niágara, algo que llamaba la atención de la población local, poco habituada a ver emblemas de un país extranjero en aeronaves militares.
Lo que para los vecinos era un espectáculo insólito, en realidad simbolizaba uno de los momentos de mayor cooperación entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Aunque poco después ambos países entrarían en la Guerra Fría, durante la contienda fueron aliados imprescindibles, y el tránsito de estos cazas marcados con la estrella roja sobre las Cataratas del Niágara es una de las estampas más curiosas que dejó aquel capítulo de la historia.
El club de hombres gordos de Nueva York (1930)
Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en Estados Unidos comenzó a surgir un peculiar tipo de club social para personas que reunían unas características muy específicas: los clubes de hombres gordos (Fat Men's Clubs). Los requisitos para convertirse en miembro del club consistían simplemente en pesar más de 91 kilos (200 libras) y pagar una membresía mensual de un dólar.
Los miembros de estos clubes de hombres gordos eran generalmente hombres adinerados, ya que en aquellos años el sobrepeso era considerado como un símbolo de éxito económico y prosperidad. Las reuniones que organizaban solían comenzar con un pesaje oficial en público, donde se premiaba al miembro mas pesado del club, y posteriormente se realizan diversos eventos sociales, como banquetes, bailes o incluso competiciones deportivas.
El primer club de este tipo en Estados Unidos se fundó en el antiguo Nueva York en 1869, y se conocía simplemente como "El club de hombres gordos de Nueva York" (Fat Men's Club of New York). La idea tuvo un gran éxito, y poco tiempo después se abrieron más clubes de hombres gordos por todo Estados Unidos, así como también en otros países como Francia (Le Club des Cents Kilos) o Gran Bretaña.
El auge de estos clubes duró en todo caso unas décadas, y a medida que avanzaba el siglo XX fueron despareciendo progresivamente debido a que la obesidad comenzaba a ser vista por la opinión pública como un rasgo negativo.
Miembros del club de hombres gordos de Nueva York posando para una fotografía de grupo en una reunión del club celebrada en 1930
Pesaje público de uno de los miembros del Fat Men's Club
La primera fotografía tomada con un teléfono móvil (1997)
La primera fotografía tomada y compartida desde un teléfono móvil fue realizada por el ingeniero de software francés Philippe Kahn el 11 de junio de 1997. Para conseguir este hito, Kahn creó un prototipo conectando una cámara digital Casio QV a un teléfono Motorola StarTAC y a un ordenador portátil Toshiba, compartiendo después la imagen de su hija recién nacida, Sophie, por correo electrónico a través de Internet.
Kahn envió la foto a través de correo electrónico a más de 2.000 personas entre familiares, amigos y conocidos, marcando el inicio de la fotografía móvil y la posibilidad de compartir imágenes de forma instantánea desde un dispositivo móvil. Esta fotografía pionera fue reconocida en 2016 por la revista Time como una de las 100 fotografías más importantes de la historia.
El turismo nuclear de los años 50
En plena década de 1950, la energía atómica no solo era símbolo de poder militar, sino también un imán para la curiosidad popular. Tras la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la Era Atómica, la energía nuclear no solo se presentaba como un símbolo de poder militar, sino también como un horizonte de progreso, modernidad y hasta de entretenimiento. La fascinación pública por lo atómico dio lugar a un tipo de turismo muy particular en Estados Unidos (y en menor medida en Europa y la URSS, de manera mucho más restringida), donde la gente acudía voluntariamente a ver pruebas nucleares o instalaciones relacionadas.
Las Vegas, todavía una ciudad en expansión por entonces, se convirtió en el epicentro de esta extraña atracción. A poco más de cien kilómetros al norte de la ciudad se encontraba el Nevada Test Site, uno de los escenarios principales para las pruebas nucleares.
Lejos de ocultarlas, el gobierno publicaba los calendarios de detonaciones y los hoteles las usaban como reclamo turístico. Los visitantes podían reservar habitaciones en hoteles como el Desert Inn o el Sand’s Hotel que ofrecían vistas privilegiadas y madrugar para contemplar la nube en forma de hongo que se elevaba en el horizonte. Los casinos organizaban fiestas temáticas, bautizadas como Atomic Bomb Parties, en las que los turistas brindaban con cócteles mientras la tierra temblaba a lo lejos. Incluso se celebraban concursos de belleza como "Miss Atomic Bomb", donde jóvenes lucían trajes adornados con nubes nucleares de algodón.
La fascinación por lo atómico impregnaba de hecho gran parte de la vida cotidiana. Los restaurantes ofrecían menús especiales, las tiendas vendían recuerdos relacionados con la era nuclear y la palabra "atomic" se asociaba a modernidad y glamour. En paralelo, el acceso a ciertas instalaciones nucleares experimentales se abría al público en visitas guiadas, presentando la energía atómica como la promesa de un futuro luminoso y pacífico.
Pero lo que quizás resulta más inquietante de este peculiar turismo nuclear de los años 50, es que casi nadie parecía preocuparse por los riesgos. Las partículas radiactivas viajaban con el viento desde el desierto hasta la ciudad, y tanto turistas como residentes quedaron expuestos sin saberlo. Décadas más tarde, muchas de esas personas desarrollarían enfermedades relacionadas con la radiación, un capítulo amargo que contrastó con el entusiasmo ingenuo de aquellos años.
En cualquier caso, esta "moda" del turismo nuclear comenzó a decaer a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, cuando las pruebas empezaron a realizarse bajo tierra y la nube atómica dejó de ser visible para los espectadores.
Un grupo de turistas observando el cráter tras una prueba nuclear en Nevada, cerca de Las Vegas, en la década de 1950
Fotógrafos y periodistas observando una explosión nuclear cerca de Las Vegas en 1957
Prueba nuclear al fondo de la imagen vista desde el tejado de un hotel de Las Vegas
Fotografía del Strip de Las Vegas con el "hongo" de una explosión nuclear al fondo
La modelo Lee Merlin posando como "Miss Atomic Bomb" en un concurso organizado por el Sands Hotel de Las Vegas en 1957
Un grupo de curiosos aparcan sus coches en el desierto de Nevada para poder observar las pruebas nucleares
Clientes de un hotel de Las Vegas observando una prueba nuclear desde la piscina en 1953
Turistas y militares se reúnen en el desierto de Nevada para contemplar una explosión atómica
El impresionante tamaño de un cráter tras la explosión de una bomba nuclear en la década de 1950
Un grupo de fotógrafos captando con su cámara en los años 50 una de las pruebas nucleares en Nevada, al norte de Las Vegas
Vista aérea del terreno de Nevada lleno de cráteres donde se realizaron numerosas pruebas nucleares
Una de las fotografías más icónicas y representativa del turismo nuclear en los años 50, con los clientes de un hotel de Las Vegas observando dese la piscina la nube de hongo tras una prueba nuclear en 1953
Las pruebas nucleares en el desierto de Nevada como reclamo turístico de Las Vegas en los años 50
Cuando varios campeones del mundo de F1 compitieron en una carrera con el mismo coche
El 12 de mayo de 1984 se celebraba en Alemania un evento único que muy pocas veces se ha dado a lo largo de la historia del automovilismo: una carrera en el circuito de Nürburgring en el que varios campeones del mundo de Fórmula 1 competían entre ellos con el mismo coche, un Mercedes 190 E 2.3-16.
Se trataba de una carrera de exhibición que se conoció oficialmente como la Carrera de Campeones de Nürburgring de 1984 (1984 Nürburgring Eröffnungsrennen), y fue organizada por Mercedes-Benz con un doble objetivo. Por un lado, la empresa alemana buscaba promocionar de esta forma su nuevo modelo Mercedes 190 E 2.3-16, el cual tenía un aspecto mucho más deportivo, con un motor de 2.3 litros y 16 válvulas, y una potencia de 185 caballos. Por otra parte, se eligió Nürburgring de manera expresa para celebrar y dar a conocer al público el nuevo trazado del histórico circuito.
Pero sin duda la gran atracción de esta carrera de campeones fue los pilotos invitados al evento. En la carrera participaron 20 de los mejores pilotos de ese momento, entre los que se encontraban 9 campeones del mundo de Fórmula 1, así como conocidos pilotos de otras competiciones y pilotos jóvenes que estaban empezando a despuntar y que poco tiempo después también serían campeones del mundo, como Ayrton Senna o Alain Prost.
Todos ellos competirían en la carrera con el mismo coche, un Mercedes 190 E 2.3-16 al que se añadieron pequeñas modificaciones para competir (particularmente en materia de seguridad y rendimiento) y en las mismas condiciones.
La Carrera de Campeones de Nürburgring de 1984 reunió así a la mayor cantidad de campeones de cualquier carrera automovilística importante en la historia. La lista de participantes incluía a 9 campeones del mundo de Fórmula 1, James Hunt, Niki Lauda, Denny Hulme, John Surtees, Phil Hill, Jack Brabham, Keke Rosberg, Jody Scheckter y Alan Jones; a los que se sumaron otros conocidos pilotos de la época, como Stirling Moss, Carlos Reutemann, John Watson, Alain Prost o Ayrton Senna.
Con una asistencia de 120.000 espectadores, el evento comenzó con varias exhibiciones y desfiles, para realizar posteriormente una clasificación a una vuelta con la que conformar la parrilla de salida de la carrera. Alain Prost fue quien consiguió la pole, con Carlos Reutemann en segunda posición y Ayrton Senna tercero.
La Carrera de Campeones de Nürburgring de 1984 se celebró a 12 vueltas y el ganador de esta histórica prueba de automovilismo fue Ayrton Senna, en una actuación que muchos consideran uno de los momentos clave de su carrera y que marcó su ascenso en el mundo de la competición, venciendo a varios campeones del mundo con el mismo coche.
También fue destacable la actuación de Niki Lauda, quien no había podido participar en las prácticas previas y únicamente pudo clasificarse 14º. Sin embargo, su desempeño en la carrera fue brillante y acabó segundo, a menos de dos segundos del ganador.
Alain Prost por su parte, a pesar de su gran clasificación, acabó 15º la carrera, si bien es cierto que sufrió varios percances, primero con Ayrton Senna en la primera vuelta (un preludio de la histórica rivalidad entre ambos pilotos), y posteriormente con el italiano Elio de Angelis, lo que le hizo perder varios puestos que luego no pudo recuperar.
Además del prestigio que supuso para Senna ganar esta histórica carrera, el piloto brasileño recibió como premio un ejemplar nuevo del modelo Mercedes 190 E 2.3-16. El coche original con el que ganó fue llevado al Museo Mercedes-Benz de Stuttgart, donde se exhibe actualmente.
Diez lugares del mundo antes de sus históricos monumentos y construcciones más icónicas
Cuando pensamos en París, la imagen de la Torre Eiffel es casi inevitable. Lo mismo ocurre con Río de Janeiro y el Cristo Redentor, o con Nueva York y la Estatua de la Libertad. Estos monumentos se han convertido en emblemas inseparables de sus ciudades, hasta el punto de que cuesta imaginar cómo eran antes de su existencia. Sin embargo, muchas de estas urbes ya eran centros culturales, comerciales o políticos mucho antes de que sus símbolos arquitectónicos más conocidos fueran siquiera proyectados.
Gracias a la invención de la fotografía en el siglo XIX y a los registros históricos, hoy podemos asomarnos a algunos de esos momentos previos, cuando los skylines de las ciudades eran muy diferentes. Ver imágenes de París sin la Torre Eiffel, o de San Francisco sin el Golden Gate, no solo despierta la curiosidad, sino que también permite entender cómo evolucionó el paisaje urbano y cómo ciertas construcciones transformaron para siempre la identidad visual de las ciudades.
El centro de la ciudad de París en 1865, sin la Torre Eiffel.
Bedloe Island a principios de la década de 1880, cuando la isla estaba ocupada por el Fuerte Wood y antes de que se erigiera la Estatua de la Libertad (en la imagen se puede ver la construcción del pedestal para la estatua). La isla pasó a llamarse posteriormente como Isla de la Libertad.
La isla de Alcatraz en la década de 1860, antes de convertirse en una fortaleza militar y de que se construyera posteriormente la famosa cárcel de Alcatraz.
La bahía de Sídney en 1950, antes de que se construyera en el lugar el icónico edificio de la Ópera de Sídney.
El "Strip" de Las Vegas a principios del siglo XX, cuando Las Vegas solo era por entonces un pueblo más del Salvaje Oeste y aún no se habían construido sus famosos casinos y hoteles.
El Monte Lee en 1920, antes de que se colocara el icónico cartel de Hollywood.
En 1956, en la ciudad de Venecia se emprendió un importante proyecto para drenar y limpiar sus canales por primera vez en siglos. Este evento, conocido como la "Svolte di Popolazio", tuvo como objetivo mejorar el saneamiento y limpiar la acumulación de sedimentos y escombros que se habían acumulado con el tiempo. El proyecto implicó drenar los canales, retirar el material acumulado y reparar la infraestructura, y sirvió también de paso para estudiar los lechos de los canales y los detalles arquitectónicos ocultos.
El proceso de limpieza implicó una meticulosa planificación y coordinación, con ingenieros, trabajadores y voluntarios trabajando juntos para gestionar el flujo de agua y retirar los escombros. A medida que se drenaban los canales, se revelaron artefactos perdidos, barcos hundidos y estructuras antiguas. La "Svolte di Popolazio" no solo mejoró finalmente el saneamiento de las vías fluviales, sino que también ayudó a reducir el riesgo de inundaciones y a preservar la singular infraestructura de la ciudad.