Un cuenco de cerámica de 5.200 años de antigüedad, descubierto en los año 70 en Shahr-i Sokhta (conocida como la Ciudad Quemada), Irán, contiene cinco imágenes secuenciales pintadas en su contorno que muestran diferentes fases de lo que parece ser un Ibex del desierto persa (Íbice nubio o cabra del desierto), saltando para mordisquear un árbol. Una extraordinaria pieza antigua que data en torno al año 3200 a.C. y que los historiadores consideran la primera animación del mundo.
Cuando se descubrió el objeto en los años 70, se publicó un artículo en el Círculo de Estudios Iraníes Antiguos donde se indicaba: "El artefacto tiene cinco imágenes que representan una cabra salvaje saltando para comer las hojas de un árbol, cuya relación entre las imágenes los miembros del equipo en ese momento no habían reconocido".
Varios años más tarde, el arqueólogo iraní Dr. Mansur Sadjadi, quien más tarde sería nombrado nuevo director del equipo arqueológico para la excavación de la Ciudad Quemada, en el sureste de Irán, descubrió que las imágenes formaban una secuencia. Al girar el recipiente se pueden ver las imágenes fusionarse y crear una animación que cuenta la sencilla historia de una cabra comiendo de un árbol.
La copa de cerámica tiene un diámetro de 8 centímetros y una altura de 10 cm, y a partir de las imágenes pintadas, los arqueólogos han conseguido realizar una pieza animada de unos pocos segundos mostrando el intrincado movimiento.
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