En marzo de 1983, el Libro Guinness de los Récords y el Salón de la Fama de la Natación Internacional, organizaron en el SeaWorld de San Diego (Estados Unidos) una peculiar competición que destacó tanto por su peligrosidad, como por las espectaculares imágenes que dejaron para la historia. El objetivo era simple: establecer un nuevo récord de altura de salto desde trampolín.
Además de saltar al agua desde un trampolín situado lo más alto posible, los requisitos establecidos para que el récord de altura fuera considerado válido eran que los concursantes ejecutaran al menos un salto mortal y emergieran posteriormente del agua sin la ayuda de nadie.
El primer temerario participante que consiguió batir el récord fue Rick Winters, saltando al agua desde una altura de 52,4 metros (172 pies). Rick Winters entró automáticamente en el Libro Guinness de los Récords con su espectacular salto, pero no fue el único en conseguirlo. En la misma competición, otros cuatro saltadores más, Rick Charls, Dana Kunze, Bruce Boccia y Mike Foley, también consiguieron ejecutar el mismo salto de trampolín desde 52,4 metros exitosamente, compartiendo todos ellos el récord Guinness de salto de altura desde trampolín.
Aquí puedes ver imágenes de aquella competición, con algunos de los espectaculares y vertiginosos saltos de los participantes para conseguir finalmente establecer el récord de altura de salto desde trampolín en 52,4 metros.
Tras aquella competición de 1983 en el SeaWorld de San Diego, numerosos saltadores han intentado en varias ocasiones batir nuevamente este récord. En 1985, Randy Dickison saltó al agua desde 53,24 metros de altura en el Ocean Park de Hong Kong, pero sufrió una fractura de fémur y no pudo salir del agua por sí mismo, por lo que el récord no fue considerado válido. Algo similar le sucedió en 1987 a Olivier Favre, quien intentó un doble salto mortal hacia atrás desde 54 metros (177 pies), pero se rompió la espalda en el impacto y tuvo que ser rescatado.
Finalmente, el salto de Laso Schaller en 2015 desde un acantilado de 58,8 metros (193 pies) en Suiza, es el actual poseedor del récord de salto más alto desde un trampolín según el Libro Guinness de los Récords, así como el récord de salto desde un acantilado más alto. Sin embargo, no es un récord reconocido oficialmente por algunas federaciones debido a que Schaller no realizó un salto mortal.
el salto del Laso Schaller no debería ser considerado salto válido porque no hace un mortal solo se deja caer.
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