El hundimiento del RMS Titanic en abril de 1912, tras chocar contra un iceberg en su viaje inaugural en la ruta desde Southampton (Inglaterra) hasta Nueva York, es una de las mayores tragedias en la historia de la navegación. El enorme transatlántico llevaba a bordo a 2200 personas, de las cuales aproximadamente 1500 murieron en la tragedia.
Tras el choque contra el iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, que provocó una ruptura en el caso que resultó fatal, el Titanic comenzó a hundirse lentamente, hasta que aproximadamente dos horas y 40 minutos después el barco se partió en dos y se precipitó hasta el fondo del océano Atlántico.
Tras el histórico naufragio, numerosos investigadores buscaron décadas se buscó el pecio del Titanic en el fondo marino, pero no sería hasta el 1 de septiembre de 1985 cuando la búsqueda daría sus frutos. Finalmente una expedición liderada por Robert Ballaard encontró los restos del Titanic en las aguas del Atlántico norte, a una profundidad de 3.800 metros.
A pesar del deterioro y los daños sufridos en el fondo del mar, el pecio del Titanic se encontraba sorprendentemente en buenas condiciones, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, con partes del barco como la proa o algunos interiores perfectamente reconocibles.
Poco después del descubrimiento se envió un equipo submarino en septiembre de 1985 para tomar las primeras fotografías de los restos del Titanic en el lecho marino, revelando una espectaculares imágenes de este histórico barco.
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