Un joven millonario suizo llamado Philippe Barraud, buscaba tener un coche totalmente personalizado, así que en 1936 encargó el chasis de un clásico Cadillac V16 a la compañía para que se lo enviaran a Lausana (Suiza), donde Willy Hartmann (quien se había ganado una gran reputación en la época personalizando coches) se encargaría de terminarlo instalando la carrocería. De esta forma, Philippe podía además supervisar personalmente el trabajo.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, el espectacular Cadillac personalizado estuvo guardado en un garaje durante 10 años, hasta que Philippe decidió volver a usarlo, dándole una nueva capa de pintura. Poco después sufrió un pequeño accidente que destruyó la parte delantera y los faros, así que pintó el coche de nuevo (en este caso de marrón) y sustituyó los faros delanteros y el parachoques.
El espectacular Cadillac V16 Series 90 Hartmann Cabriolet acabaría abandonado durante más de dos décadas. En 1968 el coche fue descubierto en un campo cerca de Ginebra en un estado de total abandono por Jean-Jacques Belet, quien lo adquirió a su antiguo propietario y lo restauró. Desde entonces, el Cadillac V16 personalizado ha pasado por cerca de 10 propietarios diferentes y restaurado en varias ocasiones.
Actualmente se exhibe en el Blackhawk Museum de California y su precio actual se estima en varios millones de dólares.
Aquí puedes ver una colección de fotografías del Cadillac V16 Series 90 Hartmann Cabriolet de 1937 original y su evolución a lo largo de los años:
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