Entre 1957 y 1958, el ingeniero austriaco Claus Scholz desarrolló un peculiar robot doméstico capaz de contestar al teléfono, abrir puertas, servir bebidas, barrer o aspirar el suelo. En su presentación al mundo, Scholz dio al robot el nombre de "MM7 Selektor", y fue el primer invento de una serie de robots domésticos que llegarían hasta el MM9, lanzado en 1973.
El objetivo del inventor era construir una máquina capaz de hacer cualquier tarea normal. Para ello, Scholz buscaba reproducir mecánica y electrónicamente los procesos de pensamiento del cerebro humano, hasta conseguir una máquina que pudiera pensar por sí misma.
Por desgracia para este inventor de Viena, la tecnología no estaba aún suficientemente desarrollada y, entre otros inconvenientes de sus robots, funcionaban de manera electrónica, teniendo que ser conectados a la red eléctrica por un humano.
Tanto la serie de robots domésticos MM7 como los que vinieron después, quedaron finalmente en una anécdota en la historia de la robótica, pero Claus Scholz se convirtió en uno de los pioneros en un campo que décadas después experimentaría enormes avances.
Diseñado como un medio para estudiar el movimiento cibernético, el MM7, con sus interruptores de paso de retroalimentación y receptores visuales, es ampliamente considerado como el predecesor de los robots industriales actuales. Su inventor, conocido habitualmente como "el padre vienés de los robots", se concentró más tarde en los procesos de pensamiento artificial en un intento de motivar a los modelos de seguimiento para que actuaran de forma autónoma.
Aquí puedes ver una colección de fotografías del robot doméstico MM7 inventado por Claus Scholz (que la prensa de la época nombró incorrectamente como MM47), y del siguiente robot de la serie, el MM8.
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