Antes de que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial a mediados de 1917, Milton Bradley Company, una empresa de Springfield (Massachusetts), ya llevaba un par de años comercializando un peculiar juguete: una ametralladora para niños que llamó "Big Dick".
A pesar de sus llamativos anuncios y lo que decía la publicidad sobre el juguete, lógicamente Big Dick no era una ametralladora real, ya que no usaba pólvora ni cartuchos de metal. Se trataba de un juguete de acción mediante un resorte que disparaba balas de madera. Si el "bélico" niño perdía las 36 balas de madera que llevaba incluida la ametralladora, podía pedir por correo un cargador nuevo con 25 balas más por 25 centavos.
La ametralladora Big Dick era de hecho un juguete bastante innovador para la época, ya que el uso de este arma aún no estaba demasiado extendido. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial en 1914, las fuerzas alemanas contaban con cerca 12.000 ametralladoras frente a unos pocos cientos que poseían franceses y británicos.
El uso de este arma automática se demostró muy eficaz durante el transcurso de la guerra, destacando lo sucedido el 1 de julio de 1916, el primer día de la ofensiva aliada en la batalla del Somme. En un solo día, más de 20.000 soldados británicos murieron y otros 40.000 resultaron heridos, la mayoría por el fuego fulminante de las ametralladoras alemanas. Un artillero alemán llegó a decir que ni siquiera había sido necesario apuntar para masacrar a las líneas enemigas.
Como curiosidad por si alguien se lo está preguntando, el significado moderno de la palabra "dick" como una referencia en argot para los genitales masculinos, ya se utilizaba en Inglaterra antes de la Primera Guerra Mundial, pero aún no había llegado al lenguaje común en Estados Unidos cuando se lanzó al mercado la ametralladora de juguete "Big Dick".
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