La magia ha entusiasmado y asombrado a la gente desde siempre, y sus orígenes se remontan a hace miles de años. Los espectáculos de magia e ilusionismo comenzaron a adquirir una gran popularidad a finales del siglo XIX, particularmente en Europa y Estados Unidos, cuando los magos actuaban en teatros para grandes audiencias y se creó una enorme competencia entre todo tipo de ilusionistas, quienes cada vez creaban espectáculos más elaborados.
Históricamente, los magos a menudo eran espiritistas practicantes y se los consideraba en muchas ocasiones simples embaucadores o estafadores, siendo relacionados habitualmente con el ocultismo. El concepto popular que se tenía sobre los magos sin embargo, cambió radicalmente a partir del siglo XIX.
Los magos se convirtieron en hábiles artistas e ilusionistas y la mayoría de ellos se esforzaba por obtener el estatus de celebridades y dejar atrás las raíces espiritualistas de la magia, mientras que otros prefirieron que se les siguiera asociando con el aspecto más místico y sobrenatural. Gran parte de la nueva generación de magos se vestía elegantemente e invertía en todo tipo de llamativos accesorios para su puesta en escena. Artistas como Harry Kellar, Alexander Herrmann, Howard Thurston o Harry Houdini, se convirtieron en auténticas celebridades de la época.
La mejor forma de atraer la atención del público a los espectáculos era promocionarse a través de carteles y anuncios, la mayoría de los cuales eran ilustraciones realmente elaboradas con colores brillantes y llamativos que servían para desatar la imaginación de la potenciales espectadores.
Aquí puedes ver una colección de antiguos pósteres, anuncios y carteles de magos, ilusionistas y espectáculos de magia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX:
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