Cuando el animal tenía cuatro años de edad, el 21 de julio de 1950, el director de circo Franz Althoff hizo que Tuffi, un elefante hembra nacido en la India, viajara en uno de los vagones del monorraíl suspendido en Wuppertal, como parte de una broma de marketing.
Al poco de comenzar el viaje, el elefante intentó darse la vuelta, pero no pudo debido a que el vagón estaba abarrotado, por lo que se subió a unos asientos que se rompieron bajo su peso. El animal comenzó a ponerse muy nervioso y en un intento de buscar una salida rompió una de las ventanas y acabó saltando al vacío, cayendo desde una altura de 12 metros al río Wupper. A pesar de la altura de la caída, Tuffi solo sufrió heridas leves.
El suceso provocó el pánico en el tren, y varios pasajeros resultaron heridos. Tras sacar al elefante del agua, tanto el director del circo como el funcionario que permitió la entrada del animal en el vagón fueron multados con 450 marcos. Como recordatorio del curioso suceso, que finalmente quedó en una mediática anécdota sin heridos graves, entre las estaciones Alter Markt y Adlerbrücke en Wuppertal se pueden encontrar varias pintadas y señales en referencia al elefante Tuffi.
Del incidente únicamente existe una supuesta fotografía del salto del elefante Tuffi desde el monorraíl. Una imagen que en realidad está manipulada y se trata de un fotomontaje, pero que se vendió como auténtica en la época, utilizándose principalmente como una divertida postal de Wuppertal.
"El salto de Tuffi al Wupper. Saludos desde Wuppertal"
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