El objetivo de esculpir estos símbolos en las calles era para dirigir a los potenciales clientes hacia el prostíbulo, y estaban orientados principalmente a los marineros extranjeros que podían estar demasiado borrachos o ser incapaces de hablar el idioma local.
En el antiguo imperio romano, la prostitución era legal y no tenía el estigma que tiene hoy. Como Pompeya era una ciudad portuaria, los marineros solían visitar los burdeles para desahogarse después de un largo viaje. Muchos de los visitantes extranjeros y la mayoría de los marineros, no hablaban el idioma local o directamente estaban demasiado intoxicados para intentarlo, por lo que una vez conseguían llegar al prostíbulo de turno gracias estas curiosas señalizaciones en el suelo, los burdeles contaban con una especie de "menú" para que el cliente pudiera elegir.
Se trataba de gráficas pinturas pornográficas que servían para decorar el interior del edificio, y que se cree que se utilizaban además para que los clientes señalaran el dibujo correspondiente para elegir el acto por el que les gustaría pagar, antes de que les mostraran su habitación.
Aquí puedes ver varias fotografías de algunos de los símbolos fálicos esculpidos en las calles de Pompeya para dirigir a los clientes a los prostíbulos, que se han conservado:
Las habitaciones de los burdeles romanos eran por lo general muy pequeñas e incómodas, construidas así a propósito. Las camas de piedra estaban destinadas a ser incómodas para que los visitantes no se durmieran después de que se acabara el tiempo que habían pagado, ya que hacía perder tiempo a las prostitutas y costaba dinero del burdel. Estas fotografías del interior de las habituaciones de un antiguo burdel romano sirven para hacerse una buena idea:
Los falos en Pompeya no son para indicar la dirección de los burdeles. De hecho, en Pompeya hay burdeles por todas partes (al menos nueve, es decir, uno cada mil habitantes), así que si alguien dibujaba un falo, casi seguro que apuntaba a un burdel próximo. Hay muchos, pero no tantos en las losas de la calle (las cuatro fotos del artículo son de la misma losa).
ResponderEliminarLos falos son en realidad amuletos destinados a alejar el mal de ojo o a atraer la prosperidad; se relacionaban con Príapo, dios menor que protegía las cosechas y los rebaños, y venerado también por marineros y pescadores. Aparecen en muchos lugares que no son buerdeles, como tabernas u hornos de pan, para señalar abundancia y felicidad.
Las pinturas eróticas no servían necesariamente para indicar un tipo de servicio sexual a clientes que, por otra parte, hablaban latín o griego en su inmensa mayoría. Simplemente eran una forma de decoración lasciva o incluso humorística, que se pueden ver en el lupanar de Pompeya pero también en el vestuario de las termas. En esas pinturas se muestra que se suele practicar en sexo en camas o divanes más o menos confortables, así que las camas no eran de piedra. Los plintos que se ven en las fotos estarían cubiertos con algún futón o colchón relleno de lana o incluso de paja, bastante más cómodos.
Está bien este blog, pero este artículo es muy impreciso.
Se agradece el comentario que aporta bastante información interesante. Pero la teoría de que esos símbolos en el suelo se usaron para indicar el camino a los burdeles es generalmente bastante aceptada:
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