Dos días antes, Adolf Hitler se había suicidado junto a Eva Braun en el Führerbunker (Búnker de Hitler) ante la inminente derrota de Alemania y para evitar ser capturados por el Ejército Rojo. Manteniéndose fiel a su Führer, el ministro de propaganda Joseph Goebbels también se suicidaría en el búnker horas después junto a su mujer Magda Goebbels y sus seis hijos, tras administrar a los niños un sedante y darles una cápsula de veneno.
Con las tropas soviéticas entrando en la ciudad, uno de los objetivos principales por su simbolismo fue el Reichstag, la sede del parlamento alemán. El 30 de abril de 1945 los soldados de la unión soviética asaltaban el Reichstag encontrándose aún en su interior soldados alemanes que se resistían a la derrota.
A pesar de ello, el Ejército rojo consiguió izar la bandera de la Unión Soviética esa misma noche en lo alto del edificio del Reichstag, como símbolo de su victoria frente a la Alemania Nazi. Durante los siguientes días, multitud de soldados soviéticos llenaron de pintadas y "graffitis" todo el edificio aprovechando casi cualquier trozo de pared, columna o escultura que estaba a su alcance. Pintadas en escritura cirilica, donde los soldados escribían su nombre, su ciudad o pueblo de origen o lemas como "Hitler Kaputt".
Tras la guerra, el edificio del Reichstag se encontraba en un estado deplorable debido a los bombardeos y las cruentas batallas por la toma del edificio o en las calles de Berlín. Demoliendo gran parte del edificio (incluyendo su cúpula), se realizó una restauración completa del Reichstag durante los siguientes años. Parte de las pintadas originales que realizó el ejército rojo en el Reichstag se pueden ver hoy en día en el interior del edificio y en el techo, ya que se mantuvieron algunas de ellas por respeto a los acontecimientos históricos.
Fotografías del Reichstag cubierto de pintadas por los soldados del Ejército Rojo en 1945:
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